Córdoba
Un encuentro de culturas en el corazón de Andalucía
Historia, arte y vida en una ciudad que fue capital del mundo
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue capital de la Hispania romana
Córdoba es una ciudad donde cada calle respira siglos de historia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue capital de la Hispania romana y, más tarde, del poderoso Califato omeya en Al-Ándalus. En cada rincón se percibe el paso del tiempo y el cruce de culturas que han dejado una huella imborrable. Pasear por sus calles es sumergirse en un pasado glorioso, donde la herencia romana, islámica, judía y cristiana conviven en armonía.
El símbolo más emblemático de Córdoba es la Mezquita-Catedral, una obra maestra de la arquitectura que fusiona con asombroso equilibrio los estilos islámico y cristiano. Sus columnas infinitas, sus arcos bicolores y su majestuoso mihrab transportan al visitante a otra época. A pocos pasos se encuentran otros tesoros, como el Alcázar de los Reyes Cristianos, con sus jardines cuidados, o la sinagoga medieval, una de las pocas que se conservan en España.
La Judería, con su laberinto de callejuelas encaladas, balcones floridos y patios escondidos, es otro de los encantos que invitan a perderse sin rumbo. En mayo, Córdoba se transforma con la Fiesta de los Patios, cuando las casas abren sus puertas para mostrar auténticos oasis de flores y tradición.
Además de su legado monumental, Córdoba enamora por su ambiente acogedor, su gastronomía —donde destacan el salmorejo, el rabo de toro y los dulces sefardíes—, y por la hospitalidad de sus gentes. Es una ciudad que no solo se visita, sino que se siente y se vive intensamente.










Los top 10 de Córdoba
Mezquita-Catedral de Córdoba
Un templo único en el mundo
Construida en el año 785 por Abderramán I sobre una antigua basílica visigoda, la Mezquita-Catedral es uno de los mayores símbolos del arte islámico occidental. Con más de 850 columnas y arcos bicolores, su interior provoca asombro en todo visitante. En el siglo XIII, tras la Reconquista, se añadió una catedral cristiana en su interior, creando un edificio único que encarna siglos de convivencia y transformación cultural.
Alcázar de los Reyes Cristianos
Historia entre jardines y murallas
Este imponente recinto fue mandado construir por Alfonso XI en el siglo XIV y combina austeridad defensiva con refinamiento palaciego. Sus salones acogieron momentos clave de la historia, como las reuniones entre Isabel y Fernando con Cristóbal Colón. Los jardines, con fuentes, cipreses y estanques, aportan serenidad al conjunto. Desde sus torres se obtienen vistas privilegiadas del río Guadalquivir y del conjunto monumental de Córdoba.
Judería y Sinagoga
El alma sefardí de Córdoba
La Judería es uno de los barrios más encantadores de Córdoba, con callejones estrechos, casas encaladas y patios llenos de macetas. Aquí vivió una importante comunidad judía hasta su expulsión en el siglo XV. En su interior se encuentra la Sinagoga, construida en 1315 y una de las pocas que se conservan en España. Su interior conserva inscripciones hebreas y un delicado trabajo de yesería mudéjar.
Puente Romano y Torre de la Calahorra
Vínculo entre siglos y culturas
Situada sobre una colina, Medina Sidonia ofrece vistas espectaculares, calles empedradas y una riqueza histórica que abarca desde los romanos hasta los árabes. Su patrimonio, que incluye un castillo, calzadas romanas y murallas, se acompaña de una repostería deliciosa y un ambiente tranquilo que invita al paseo y la contemplación.
Patios de Córdoba
Flores, tradición y hospitalidad
Los patios cordobeses son una expresión viva de la cultura popular. En mayo, durante el Festival de los Patios, los vecinos abren sus hogares para mostrar verdaderos jardines interiores llenos de color, fragancia y esmero. Geranios, buganvillas y jazmines decoran paredes encaladas. Este patrimonio inmaterial ofrece una experiencia única que refleja el carácter acogedor y artístico de Córdoba, donde la naturaleza y la arquitectura se funden.
Palacio de Viana
Doce patios para un palacio
El Palacio de Viana es una joya renacentista que combina elegancia arquitectónica con exuberancia vegetal. Sus doce patios, cada uno con un estilo distinto, forman un recorrido que refleja siglos de historia nobiliaria. Alberga además una valiosa colección de arte, tapices, armas, libros y mobiliario. Pasear por este recinto es adentrarse en la vida cortesana de la Córdoba señorial y en el alma íntima de sus casas palaciegas.
Medina Azahara
La ciudad resplandeciente del califa
Fundada por Abderramán III en el año 936, Medina Azahara fue la capital administrativa y residencial del Califato de Córdoba. Concebida como símbolo de poder y esplendor, se construyó a los pies de Sierra Morena. Sus ruinas, aunque incompletas, permiten imaginar el lujo de sus salones, jardines y patios. Declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes de España y un testimonio del esplendor andalusí.
Plaza de la Corredera
Un rincón castizo en pleno sur
La Plaza de la Corredera es única en Andalucía por su trazado rectangular y sus soportales, que evocan a las plazas mayores castellanas. Construida en el siglo XVII, ha sido escenario de mercados, espectáculos populares e incluso corridas de toros. Hoy es un lugar vibrante, con terrazas y bares donde se mezcla la vida local con el turismo. Su ambiente bullicioso y su arquitectura sobria la convierten en un icono urbano.
Iglesia de San Lorenzo
Una joya del románico-mudéjar
La Iglesia de San Lorenzo es una de las más bellas del grupo de iglesias fernandinas, construidas tras la conquista cristiana. Se alza sobre los restos de una mezquita, y su estructura combina elementos románicos y mudéjares. Destaca su elegante torre, de clara influencia islámica, y su rosetón sobre la fachada. Su interior, sobrio pero armonioso, guarda un retablo mayor del siglo XVII y un ambiente de recogimiento.
Calleja de las Flores
Una postal viva de Córdoba
Escondida en el corazón de la Judería, esta estrecha calle peatonal es uno de los lugares más fotografiados de Córdoba. Sus paredes blancas, adornadas con macetas azules repletas de flores, ofrecen un marco pintoresco que culmina con una vista enmarcada de la torre de la Mezquita-Catedral. Pasearla es vivir una pequeña pausa de belleza serena en medio del bullicio turístico, y una muestra más del encanto inagotable de la ciudad.
“Córdoba… la que hizo hablar al mármol y cantar al agua”
— Antonio Gala, escritor cordobés
Una frase lírica que destaca la delicadeza artística de la ciudad, desde su arquitectura hasta sus patios
Una selección de
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